jueves, 26 de enero de 2017

FIESTA NACIONAL (O PARTICULAR, COMO POCO)


Mi vikingo canijo ya no mama, pero tiene sed, frío, calor, necesidad de meterme la mano en el ojo a ver si estoy o me he fugao con los ahorros de la familia, se destapa, lo tapo, se revuelve como si el edredón llevase pinchos hasta que se lo vuelve a quitar... y así toda la noche. Todas las noches. Sobrevivo a base de cafeína y melatonina. Me han dicho que los hay que duermen toda la noche... leyenda urbana, yo voy a por el primer café en pozal que las horas de sueño aún me salen a deber y tengo media hora para metamorfosearme en persona.
Nota: de pequeña me llevé un disgusto cuando me enteré que se decía «edredón» y no «eNdredón». Desde entonces no me parece ni la mitad de calentico y esponjoso.

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